martes, 20 de marzo de 2012

Estoy de malas. Me gustarían unos vientos agitando para este lado. Susurrando a mi favor.

Estoy de muy malas. Quizás sea la lluvia.
Lo que mata es la humedad dicen. Mata y revienta parece.

Estoy de malas porque me siento un container de miserias humanas y no humanas.
Estos son los días en que agradezco no tener perro. El bicho estaría feliz y corriéndome y ahora solo me viene bien la humedad, la soledad de la cuidad bajo la lluvia. Que las nubes me acompañen.

Si, acepto la tristeza plenamente. Quiero putear y estoy en mi sano y justo derecho.
Parece que uno fue un suicida por aceptar su frustración. Están los que te dicen que le pongas buena cara, los que de "una de cal, una de arena", los de "no hay mal que por bien no venga", los del "vaso medio vacío", los de "mejor solo que mal acompañado". Bua, yo soy de los de "el tiempo todo lo cura" (aunque no diré que siempre me fue efectivo), así que en la dinámica de "dejar pasar agua bajo el puente" sigo mirando el reloj a ver cuando cierro la canilla.

Estoy de malas porque se me tiraron las dos Torres Gemelas por la cabeza. El amor y la concha de su madre!

Lo curioso, es que ya es noticia vieja, "chocolate por la noticia" dirán. Si, es ropa usada ya, y aun así sigo tirando baldes de mi persona por ese mismo río.
Sigo remando en falso

Estoy de malas por necia y por inoportuna. ¿Que puedo hacer si soy la peor Quniela de amores?
Me valdrá seguir apostando humo. "Gustos son gustos". Hay cosas con las que no se puede estudiar, convenir, decidir. La puta!


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